Dios no existe.
Lo que existe es la desesperante necesidad de Dios. Del mismo modo, no existe
la justicia, existe la absoluta necesidad de justicia. Algunas palabras sirven
para tapar huecos y otras para construir muros. Lo que no debería extrañarnos
es que luego alguien se caiga por el hueco o que el muro se venga abajo.
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