martes, 15 de septiembre de 2015







LOS SECRETOS DE UNA BUENA EDUCACIÓN...





Ese día, la mujer del mostrador me enseñó una carta. Un papel oficial del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles y firmado por el superintendente y psiquiatra jefe notificaba a quien interesara que Edward Bunker no tenía obligación de ser escolarizado (...). Me pareció magnífico, pues, aunque me encantaba aprender, detestaba la escuela. Entonces ya sabía que la verdadera educación depende de cada individuo y puede encontrarse en los libros.



(La educación de un ladrón, Edward Bunker) 








(foto de A. V. F.)


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