sábado, 10 de mayo de 2025

 



EVIDENTEMENTE…



Volví de vacaciones y me habían dejado un nuevo uniforme en la taquilla. Es el mismo disfraz de payaso de toda la vida, solo que más nuevo y reluciente que el otro, que la verdad sea dicha, ya estaba para tirar. A mí me gustaría algo más moderno, más adaptado a los nuevos tiempos, ya no en el traje propiamente dicho sino en los complementos. En lugar de una regla y un cartabón, por ejemplo, un pequeño ordenador portátil. Pero lo cierto es que a los alumnos les gusta el uniforme tradicional, con todos los complementos tradicionales. Se parten de risa cuando voy a usar la calculadora y se me caen las pilas, y les da igual que repita la actuación una y otra vez. Todas las veces se ríen igual de bien. La verdad, no quiero pecar de vanidoso, pero lo cierto es que son muchos años entrando a las clases y tengo un buen repertorio de chistes y de gags preparados, así que normalmente no tengo problemas y mi actuación siempre es un éxito. 


Menos hoy… Sí, es muy extraño, pero tengo que decirlo: Hoy ha sucedido algo horrible: Un alumno no se ha reído ni una sola vez. Mientras los demás se morían de la risa y literalmente se tiraban al suelo gritando cuando hacía como que les explicaba qué era un sufijo y qué era un prefijo, este alumno, el maleducado, ni se reía ni hacía nada, solo me miraba fijamente. ¿Te lo puedes creer? Estaba tan desesperado que hasta he intentado hacer el número de los sintagmas nominales y las oraciones, que eso siempre es un éxito rotundo, y no, ni eso: peor aún, el impresentable este ha sacado una hoja y se ha puesto a… qué vergüenza, me da apuro hasta contarlo… se ha puesto a copiar lo que yo decía. En serio. ¡¡A tomar apuntes!! Hacía más de diez años que no tenía una experiencia tan desagradable en una clase. Como es lógico he tomado medidas. Nunca suspendo a nadie pero a este insensato he tenido que ponerle un cero. Cero patatero. Evidentemente… 


Oye, ahora que lo pienso, el viejo skech del profesor que ponía cero patateros estaba muy bien. Lo que pasa es que los alumnos de hoy en día nunca han visto esto, y les sonará increíble. Una pena…






viernes, 2 de mayo de 2025

 



¡Qué asco de trabajo!





No sé de qué se quejan, se indignó la muerte. He llamado a los del sorteo de hoy y todos se han enfadado. Antes también se enfadaban. ¡Y se quejaban! ¡Cómo se quejaban! Me decían que era cruel, que eso se avisa, que no podía venir y llevármelos así, por las buenas, sin que tuvieran tiempo para despedirse o para lo que fuera. ¡Tiempo! ¡Tiempo! ¡Siempre me pedían tiempo!

Al final, de tan pesado y llorones que se ponían decidí darles ese gusto. Y lo hice porque yo quise, que conste, que a mí no me dice nadie lo que tengo que hacer. 

Ahora me molesto en llamarlos por teléfono para decirles que les quedan 24 horas y se me enfadan igual. Y eso que yo nunca he llamado por teléfono. A mí lo que me gusta es aparecer cuando menos se lo esperan y darles un susto de muerte, un susto de muerte nunca mejor dicho, vaya, que una también tiene su sentido de humor…

La cosa es que al final intento ser amable y qué consigo: Nada. Se me enfadan igual. Les doy 24 horas y no hacen otra cosa que lamentarse y lamentarse. Estoy harta, de verdad. ¡Qué asco de trabajo!