viernes, 8 de mayo de 2015








(...) Pero el tiempo no pasa en vano. Nuestro chaval un día cambió y reconoció que había hecho algunas cosas mal. Aunque para entonces ya tenía un enorme ejército de fans dispuestos a resarcir los daños causados, que no iban a quedarse de brazos cruzados ante la injusticia y el error, que al repasar su biografía y saber que su ídolo había robado una armónica en una tienda holandesa hacía un buen montón de años, decidieron ir a Holanda, buscar la tienda (que aún existía, según cuenta la historia) y pagarle, con dinero de su bolsillo, la armónica al tendero. Era una forma de restituir el orden universal, y con eso se quedaron la mar de contentos. No sabemos si nuestro chaval, desde la otra vida, les agradeció el gesto. (...)




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